Portugal y España, a estrechar lazos de unión

domingo, 4 de enero de 2009

La web ciclista portuguesa Jornal Ciclismo adelantó el viernes por la noche una buena noticia. En una reunión que tuvo lugar ese mismo viernes por la tarde en Lisboa, los directivos de la Federación Portuguesa (con el presidente Artur Moreira Lopes a la cabeza) y los nuevos gestores de la Federación Española (Juan Carlos Castaño, presidente, y José Luis Algarra, director técnico) acordaron coordinar los calendarios de las disciplinas de BTT y carretera. Se estableció también celebrar un simposio en enero de 2010 sobre lucha antidopaje.


Serán las categorías de base las principales afectadas por todos estos acuerdos. En el caso de la carretera, se creará en 2010 una competición conjunta en formato 'challenge' (varias pruebas que suman para un ránking, pero sin la obligación de participar en todas) que en principio se podría llamar Copa Ibérica y se desarrollará en las categorías de cadetes, juveniles y sub 23, englobando carreras de Portugal y España. Esto mismo se llevará a cabo en la BTT, donde el sistema de competición se extenderá asimismo a la élite de la modalidad. Además, se estudiará presentar una candidatura para organizar el Mundial de BTT 2012.

Por otra parte, la RFEC (Real Federación Española de Ciclismo) incluye en su nota de prensa un pacto para la colaboración en programas de ciclismo en pista, según el cual la Selección Española podrá usar las avanzadísimas instalaciones de que dispone Portugal en Anadia en las mismas condiciones de que disfruta la Portuguesa, y para el ciclismo femenino, gracias a los cuales 4 Life (equipo profesional de mujeres del país vecino) participará en las pruebas españolas con más frecuencia.

La última conclusión de esta reunión afecta al ciclismo profesional. Según Cyclingnews, que tal vez haya incurrido en un error de traducción, el proyecto de Copa Ibérica podría afectar también al profesionalismo. Si es seguro, por otra parte, que se acordó la mayor asiduidad de las escuadras continentales portuguesas en competiciones españolas y viceversa. Esto significaría un gran avance para el ciclismo del país vecino, profundamente autárquico e incapaz de mirar más allá de sus fronteras, y para los organizadores españoles, que tendrían más facilidad para completar sus nóminas de participantes.

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