Quince momentos inolvidables

jueves, 23 de octubre de 2008

Artículo y fotos
23 de Octubre, Arueda.com
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La historia de amor de Cunego tiene final feliz

sábado, 18 de octubre de 2008

Arueda.com

A veces ocurre en el ciclismo que un corredor y una carrera se enamoran. Año tras año se ven y parece que llevaban toda la vida esperándose: el ciclista está en un momento excepcional, el terreno se amolda perfectamente a lo que él necesita. Como si estuvieran diseñados el uno para el otro. Y, cuando todo termina, el corredor besa al trofeo, a la carrera, y la estampa recuerda a dos enamorados que desde ese instante cuentan las horas hasta el próximo reencuentro.


El idilio de Damiano Cunego con el Giro de Lombardía ha tenido hoy su tercer capítulo. Todo empezó en 2004, cuando el ciclista de origen veronés culminó una temporada de ensueño (Giro del Trentino y Giro d’Italia, entre otros triunfos) batiendo a Michael Boogerd, Ivan Basso, Cadel Evans y Daniele Nardello. Su siguiente cita no acabó tan bien como la primera: Damiano llegó hundido, dentro del grupo principal del cual se habían burlado Paolo Bettini, Gilberto Simoni, el por aquel entonces emergente Frank Schleck y Giampaolo Caruso. En 2006, Lombardía ni siquiera esperó a un Cunego que renunció a ella desde el principio para centrarse en unas grandes vueltas que siempre fueron traidoras con él, desde aquel Giro soñado de 2004…

Sin embargo, esa historia de amor no podía terminar así. El año pasado, Damiano volvió a participar en el Giro de Lombardía. Preparó con mimo el final de temporada, compitió en la Vuelta a España y el Campeonato del Mundo… Llegó a la cita lo mejor que pudo. Y la historia volvió a tener final feliz. Se presentó en la recta de meta acompañado por un Ricco’ que había sido el principal animador de la carrera desde el paso por la Madonna del Ghisallo. Y, una vez allí, Damiano sólo tuvo que echar mano de su sprint, mucho mejor de lo que se puede esperar para un escalador como él.

Esta mañana en Varese todos los papeles daban a Cunego como gran favorito. Bueno, a Cunego y a su compañero de equipo en Lampre Alessandro Ballan. Plata y oro en el Campeonato del Mundo disputado en la propia Varese hace tres semanas: prácticamente el mejor dúo posible para afrontar esta carrera. De ello se aprovechó Damiano durante toda la carrera, de que la mitad de los ojos estaban puestos en el arcoiris ostentado por Ballan.

No apareció hasta tres cuartas de carrera. Su coequipier Mauro Santambrogio se filtró en la fuga lejana del día junto a otros buenos ciclistas como Michael Rogers (Columbia) o el español Pablo Lastras (Caisse d’Épargne). El resto de sus compañeros trabajaban en el pelotón para controlar las distancias: desde el prometedorcísimo Francesco Gavazzi hasta un Marzio Brusheghin que neutralizó la escapada y seleccionó el grupo casi en solitario durante las primeras estribaciones de la penúltima dificultad de la jornada, Civiglio.

Alessandro Ballan dio la cara en todo momento: el último de la fila del Lampre, el puesto teóricamente reservado para el líder del equipo. Damiano, por su parte, andaba a medio pelotón y, sólo de vez en cuando, asomaba a las primeras posiciones. Fue en el propio Civiglio donde se intercambiaron los roles; Cunego pasó a primer plano y Ballan se dejó ir hasta posiciones intermedias. Chris Horner (Astaná) realizó un movimiento que a la postre fue decisivo, atacando y llevándose consigo a un Francesco Failli (Acqua e Sapone) que comienza a demostrar su clase, similar a la de Bettini, Rebellin y otros buenos clasicómanos italianos. Entonces fue Damiano quien se movió, viendo claro que era clave demarrar en esos instantes. Arribó a cabeza de carrera, y tras él lo hizo el madrileño de Caisse d’Épargne Dani Moreno.

Se enfiló el descenso de Civiglio, ratonero y peligroso a pesar de la ausencia de lluvia. Cunego se puso en cabeza del grupo; Horner, Failli y Moreno, por este orden, le seguían en su vertiginosa travesía. Por detrás, el campeón olímpico de Euskaltel Samuel Sánchez se lanzaba haciendo honor a su enorme y merecidísima fama de descendedor. Y fue mediada la bajada cuando tuvo lugar el hecho clave de la carrera: Chris Horner tomaba mal una curva, demasiado abierto, modificaba la trazada y frenaba. Esto perjudicó a Failli y Moreno, que debieron hacer lo propio. Perdieron la referencia de Cunego, quien marchaba con el cuchillo entre los dientes. Y ni la llegada al grupo de Samuel Sánchez pudo evitar que el ciclista de Cerro Veronese hiciera un hueco que después se revelaría como insalvable.

Y es que lo que vino después fue sencillo para Damiano. La colina de San Fermo Della Batagglia afianzó al italiano; por detrás, el grupo fue cazado por otro más grande en el cual se sucedieron escaramuzas. El joven colombiano Rigoberto Urán (Caisse d’Épargne), un escalador pata negra aún por definir en algunos sentidos, atacó poderosamente en pos del inalcanzable Cunego. Se unió a él un Janez Brajkovic que, ya en meta, se reveló como el protagonista ingenuo del día: esprintó con locura, maniobró peligrosamente para cerrar a Urán… y alzó los brazos. Pensó haber ganado. Pero realmente fue el primero de los pretendientes a los que Lombardía rechazó para besar a Cunego.

El año frenético de Philippe Gilbert

jueves, 16 de octubre de 2008

15 de Octubre, Arueda.com

95 días de competición para ser el belga que más ha corrido en este 2008; el octavo entre el total de los ciclistas ProTour. Empezó su temporada el 22 de enero en el Tour Down Under, siendo 15º en la primera etapa. El domingo le puso el broche de oro ganando la prestigiosísima París-Tours con una táctica brillante por parte de su equipo, Française des Jeux. En medio, otras cuatro victorias oficiales más una oficiosa. Diez meses donde no ha dejado de tomar parte en la carrera que tocara. Un año muy activo para el mejor clasicómano valón desde Mathieu Criquelion.


Philippe Gilbert (1982, Verviers) se caracteriza, como decía a principios de año, por tres virtudes que cualquier corredor desearía: clase, potencia, combatividad. La clase le garantiza elegancia y talento; la potencia, fortaleza y capacidad; la combatividad, presencia en carrera y lucha infatigable.

Precisamente ésa combatividad le ha dado al valón ganas de competir después de un 2007 frustrante. Un melanoma (cáncer de piel) interrumpió su preparación en pretemporada. Después, infortunio y desconfianza: ninguna actuación brillante en clásicas más allá de escaramuzas aún lejos de meta. Fue un año negro, sin resultados, que sin duda le ha espoleado a la hora de exhibir sus capacidades en éste.

Comenzó con el Tour Down Under, donde ya se dejó ver con la victoria en la general de la montaña. Continuó en la Challenge de Mallorca, resultando vencedor en los Trofeos de Mallorca y Sóller, amén de colocarse tercero en Pollença y cuarto en Cala Millor y Calviá. Se anotó la general oficiosa de la carrera balear, el principio de lo que iba a ser un gran año. Diez días después fue quinto en el Tour del Alto Var.

En marzo, inicio de la temporada de clásicas, se impuso en dos semiclásicas: la inaugural Het Volk y el competido Memorial Samyn. En su siguiente parada, París-Niza, sólo lució en las dos primeras etapas para posteriormente pasar al anonimato. Llegó la clasiccisima, Milán-San Remo: pasó el Poggio con los mejores, estuvo en el grupo… pero no pudo hacer nada ante el poderío de Fabian Cancellara y se hubo de conformar con el tercer cajón del podio. Cerró el mes con un segundo lugar en la Flecha Brabançona ganada por Sylvain Chavanel.

Abril, mes central de la temporada de todo clasicómano, lo era también para Philippe. Sin embargo, pasado de forma, sólo tomó parte en Tour de Flandes, Gante-Wevelgem Amstel Gold Race, y Lieja-Bastogne-Lieja. Sus actuaciones siguieron una línea descendente, desde el 15º lugar de Flandes hasta el 92º de Lieja. Cerró así su primer ciclo de carreras de un día, con el sabor agridulce derivado de sus dulces victorias en semiclásicas y sus amargos fracasos en monumentos.

Pero no se rindió, el 17 de Mayo volvió a la competición en el Tour de la Picarda: segundo en una etapa, octavo en la general. Anónimo en el Circuito de Lorena y el GP de Vennendaal, en la Vuelta a Suiza tuvo un chispazo en la primera etapa (quinto) y otro en la última (segundo). Eso y una discreta participación en el Campeonato de Bélgica constituyó su aproximación a la única grande que completó, el Tour de Francia.

Allí presenció en primera persona la impresionante victoria de Alejandro Valverde en Plumelec: fue segundo por detrás del murciano. Después, el desierto: veinte etapas totalmente desaparecido, llegó a París por pura honra en el puesto 111 de la general. Tal vez fundido, tal vez desmotivado, su participación en el Tour fue totalmente olvidable.

Tras este pequeño revés, Gilbert tuvo una buena prestación en el Campeonato contrarreloj de su país (sexto) y una testimonial aparición en el Eneco Tour. En septiembre, como muchos otros corredores, escogió la Vuelta a España para preparar el final de temporada. No se dio mal: segundo en una etapa, bastante presencia en carrera… Un buen presagio de cara al Campeonato del Mundo…

…Que sin embargo no se cumplió. En Varese nada acabó de ir bien; la selección de Bélgica sufrió una desorganización absoluta dentro de la a priori clara táctica de apoyar a Tom Boonen hasta el final, Gilbert no fue el único que tuvo carta blanca a la hora de luchar por sus propias opciones... Un desastre que se saldó con nuestro protagonista cruzando la meta en 15ª posición.

La siguiente parada, la penúltima de la temporada, fue el Circuito Franco-Belga. Allí, mientras el Arquero Flecha se revindicaba tras su no inclusión en la lista de la selección española para el Mundial, Philippe volvía a tener una gran presencia en carrera que no se tradujo en nada más que en el cuarto lugar de la general. Y después llegó París-Tours…

…Y una victoria de las que no justifican por sí solas una temporada entera, pero casi. Aprovechando la presencia de su amigo y compañero de equipo en Française des Jeux (y en Silence-Lotto el año que viene) Mickael Délage en una fuga formada a veinte kilómetros de meta, Gilbert llegó al grupo de delante y mantuvo a raya al pelotón. Una vez arribados a la Avenue de Grammont de Tours, sorprendió lanzando el sprint desde lejos a dos corredores más rápidos que él (aunque menos conocidos) como son el belga Jan Kuyckx (Landbouwkrediet) y el francés Sebastian Turgot (Bouygues Telecom).

Por delante aún queda el Giro de Lombardía, al cual está preinscrito, para rematar la gran temporada de un ciclista que siempre apuntó alto. Bien lo sabía Madiot cuando lo probó a finales de 2002 haciéndole correr el Tour de Finistére y el Circuito Franco-Belga. Bien lo sabe Marc Sergeant contratándole para Silence-Lotto de cara al año que viene. Philippe Gilbert es clase, potencia y combatividad: tres virtudes difíciles de encontrar juntas en estos tiempos.

Vinokourov volverá al ciclismo profesional en 2009

sábado, 4 de octubre de 2008

Arueda.com

El ciclista kazajo de 35 años ha anunciado en una entrevista exclusiva con la televisión belga Sporza que retornará a la competición el año que viene tras cumplir su sanción por dopaje en el Tour’07. Será otro gallo en el corral de Contador.


Alexandre Vinokourov (1973, Petropavlovsk) deja claras sus intenciones: “mi primer objetivo es el Giro de Italia”. Busca así redondear una carrera deportiva que comenzó en agosto de 1997 dentro del equipo Casino y se vio abortada en julio del año pasado, cuando vistiendo los colores de Astaná fue testado positivo durante el Tour de Francia, donde se hizo con dos etapas de las cuales fue desposeído. Sus mayores hitos como ciclista fueron la Lieja-Bastogne-Lieja de 2005, dos París-Niza (2002 y 2003), tres etapas del Tour y un tercer lugar en la misma carrera en 2003, y la victoria en la general final de la Vuelta a España en 2006.

El kazajo ya afirma en la entrevista que espera “poder encontrar un hueco en Astaná”, el equipo que él mismo alumbró hace dos años. El mismo donde corren actualmente ciclistas como el español Alberto Contador, el estadounidense Levi Leipheimer o el alemán Andreas Klöden. El mismo donde el año que viene también volverá a la competición el heptacampeón del Tour de Francia Lance Armstrong. Se formará así un auténtico equipo de cracks donde será difícil decidir quién es el líder… porque estos sobran.

Demasiados gallos en el corral. Los rumores de una salida de Contador son cada vez más fuertes, y la vuelta a la competición de Alexadre Vinokourov no hace sino aumentarlos.