La voluntad en el Mont Ventoux

viernes, 12 de junio de 2009

La primera interpretación del encabezado es maliciosa. Valverde le dio la voluntad, la limosna, a Sylvester Szmyd, en el Mont Ventoux. Pero nada más lejos. El murciano hoy ha hecho un nuevo amigo, un amigo de calidad que puede venir muy bien en cualquier envite al cual tenga que hacer frente en los próximos tiempos. Regalarle la victoria al polaco Szmyd no sólo es estrenar el palmarés de un corredor de nivel, también es ganarse el favor de un equipo muy poderoso llamado Liquigas. Si corre el Tour de Francia (ojalá), tal vez Valverde se vea en la necesidad de recordarle esta quinta etapa de Dauphiné Liberé al 'capitano' de la escuadra verde. Y puede que le sirva para algo.

Hoy, Alejandro Valverde tomó la salida con voluntad de hacerse con el maillot amarillo. No podía hacerlo de cualquier manera, los casi dos minutos que le separaban del hasta ahora líder Cadel Evans hacían preciso un ataque lejano. Dado que la etapa era unipuerto, los quince kilómetros de Mont Ventoux se tenían que aprovechar de la mejor manera posible. Para ello, el murciano contó con un aliado inestimable: la debilidad del contrincante. El equipo Silence - Lotto, tanto en la montaña como en cualquier terreno que no sean las clásicas, es un gigante con pies de barro: un barco con patrón y sin marineros. Hay líderes, pero no gregarios.

Hoy Evans estaba prácticamente solo desde los compases iniciales de la subida. Eso, la soledad del defensor del liderato, se puede sobrellevar toda una carrera si tú estás fuerte y tienes cierta distancia respecto del resto (nos lo enseñó Menchov en el reciente Giro). Cuando tú no estás en tu mejor condición y el abanico de favoritos está más abierto, sólo puedes mantener tu posición durante unos kilómetros. Después, tienes dos opciones: esperar que te salve impericia máxima de tus rivales, o hacer un movimiento táctico arriesgado y seleccionar tú mismo el grupo para asustar. Evans optó por lo primero y la cosa salió mal: había demasiados rivales como para que todos fueran tontos.

El más listo fue Alejandro Valverde. El más listo y el más fuerte; de los otros candidatos de la general, Contador estaba visiblemente ralentizado, Gesink demasiado nervioso, Millar hacía suficiente con afianzar unas prestaciones desconocidas y llegar con el resto. El único que estuvo a su altura fue el polaco Sylvester Szmyd (1978, Bydgoszcz), uno de los mejores motores para la subida del mundo convertido en gregario por circunstancias psicológicas. No es ya que tal vez le falte esa gota de instinto para la victoria, el problema va un poco más allá: nervios. Voluntad que se convierte en ansiedad. Hoy ha declarado que estaba "a punto de vomitar" en el momento de llegar a meta por la posibilidad tan inmediata de conseguir la victoria. Cosas que pasan, quizá a partir de ahora el ciclista de Liquigas comience a atesorar un cierto palmarés individual.

Mientras Valverde y Szmyd avanzaban con paso firme hacia la cima del "monte pelado", por detrás hubo un número de entremés. Un carrusel de ataques de corredores de segunda fila mientras Evans tiraba y aflojaba, algo desquiciado a juzgar por la expresión de su cara, con Contador a su rueda. Gesink fue el que más seriamente atacó; no sería justo olvidar a Vincenzo Nibali. Tampoco a tantos otros que hacían un tanto mayor el ridículo táctico del australiano: Iván Basso, Jesús Hernández, Vladimir Efimkin...

Sin embargo, me gustaría quedarme con dos nombres de la etapa de hoy. El primero es el denostado Haimar Zubeldia, prototipo de corredor frío y con poco 'feeling' para el aficionado. Hoy ha atacado desde los primeros escarceos, se le ha visto con relativa fuerza pero no ha podido seguir a Valverde y Szmyd. Está cómodo como segundo espada de Astaná y eso se nota en actuaciones como las de Catalunya y la de hoy. Voluntad de hacerlo bien.

El otro nombre es el de Igor Antón. Ha sufrido toda la subida intentando coger la rueda de los mejores, nunca lo ha llegado a conseguir aunque sí ha tenido la suficiente voluntad como para lanzar un ataque que, a pesar de haber sido pírrico, le sirve para destacar aunque sea un poco. 'Fuji' se ha dejado ver. Este julio va al Tour, y seguramente no va a conseguir entrar entre los diez primeros (una plaza allí va a estar mucho más cara que, por ejemplo, el año pasado); pero, a buen seguro, entenderá pronto que debe atacar sin reservas para destacar. Eso será un premio para el aficionado y, a la larga, para él mismo.

En otro orden de cosas, me ha llamado particularmente la atención el último fichaje de Fuji - Servetto. Exótico, de nuevo, pero más lógico que el de, por ejemplo, Cameron Wurf. Se trata de un ciclista cuyo nombre me comenzó a sonar el año pasado, que esta temporada corría en el suspendido Amica Chips - Knauf: el croata Robert Kiserlovski. Escalador fino que no anda mal en el resto de terrenos, muy joven (23 años) y con muchísimo margen de progresión: su ex director le situaba en el podio del Giro del año que viene. No sé hasta dónde puede llegar, pero promete...

Bert Grabsch, crítico, contrarrelojistas

jueves, 11 de junio de 2009

Hoy ha ganado la etapa del Dauphiné Liberé el ciclista del Team Columbia Bert Grabsch. El heredero directo de aquel mítico dúo de especialistas que terminara sus días en Gerolsteiner, Michael Rich y Uwe Peschel, "justifica su estatus de campeón del mundo" según Cyclingnews. Viendo los rivales, la verdad, yo no iría tan lejos: Cadel Evans es un vueltómano, David Millar un corredor de segunda fila desde su 'affaire' de dopaje, Frantisek Rabon y Stef Clement aún se encuentran en progresión como para considerarlos rivales directos para el portador del maillot arcoiris.

El titular de la crónica de Cyclingnews toma otra dimensión si observamos el calendario de Bert Grabsch. Da la sensación de que el alemán lleva todo el año intentado justificar su campeonato del mundo. Vuelta al Algarve, Vuelta a Murcia, Tirreno - Adriático, Critérium Internacional, Tres Días de la Panne, Cuatro Días de Dunkerke, Vuelta a Baviera, Dauphiné Liberé. Cinco meses de temporada, los cinco meses compitiendo, y siempre en el mismo de carrera salvo excepciones como Qatar, Mallorca y algunas clásicas: vueltas pequeñas con una contrarreloj individual programada. Hasta hoy no había ganado ninguna de esas ocho contrarrelojes, en todas había encontrado alguien mejor o en mejores condiciones ante el cual salir derrotado.

La situación, la verdad, es un poco desoladora si tenemos en cuenta que no hablamos de un ciclista que esté buscando su sitio, ni siquiera de un especialista cualquiera: se trata del campeón del mundo en la lucha contra el cronómetro. No es lógico que ocho corredores distintos le derroten en el terreno donde, teóricamente, es el mejor. Tampoco sería justo considerar el entorchado que se adjudicó el año pasado en Varese fue un mero golpe de suerte, más bien de falta de competencia real. Grabsch ha sido siempre un ciclista consistente, pesado, de los que desarrolla una potencia terrible en cada pedalada; por poner un ejemplo, ganó la famosa y denostada contrarreloj de Zaragoza de la Vuelta 2007. Pero poco más. Entonces...

Bert Grabsch es el campeón del mundo contrarreloj con el perfil más bajo de la historia. Desde que esta modalidad posee un campeonato del mundo propio y oficial (olvidamos el oficioso GP de las Naciones), Agrigento'94, todos los ganadores han sido ilustres vueltómanos o especialistas de relumbrón: Ullrich, Jalabert, Boardman, Indurain. Incluso Honchar o Botero. Sin embargo, desde 2002 la concurrencia, el nivel, fue bajando.

Ejemplo de ello son los tres títulos conquistados por Michael Rogers, el primero indirectamente heredado del positivo de David Millar. En ellos, sólo el de 2005 tiene un podio relativamente deslumbrante, con el australiano flanqueado por Iván Gutiérrez y Fabian Cancellara. Después, en 2006 y 2007 Fabian Cancellara se llevó el arcoiris sin demasiada oposición. El año pasado, ni la locomotora suiza tomó la salida y Grabsch se impuso al semidesconocido Svein Tuft y David Zabriskie. Tras ellos, buenos nombres como Leipheimer, Larsson ó el proyecto Tony Martin.

Sin embargo, queda un cierto regusto amargo. ¿No hay mejores contrarrelojistas? ¡No! No los hay. Al menos, no los hay interesados en participar en el campeonato del mundo de la especialidad. Aunque el pasado fuera año olímpico, lo de menos sería esperar que los mejores especialistas tomaran parte en la prueba. Otro cantar es que ahora mismo no haya demasiado especialistas de verdad, y ese es el objetivo de todo.

El mejor especialista de la actualidad es Bert Grabsch. Le discute el título Fabian Cancellara. El resto, los nombrados en este artículo penco o bien son de nivel más bajo (Rogers, Millar, Zabriskie, Larsson, Bodrogi, Iván Gutiérrez), o bien son un mero proyecto (Clement, Martin)... o bien son vueltómanos cuya virtud en cronos radica en la multilateralidad de su preparación (Leipheimer, Evans, ¿Contador?).

¿Se estarán perdiendo los contrarrelojistas puros?

"En quince días se sabrán los invitados a la Vuelta"

lunes, 1 de junio de 2009

Entrevista a Javier Guillén
Arueda.com

Javier Guillén (1973, Madrid) es uno de los personajes más influyentes del ciclismo nacional. Secretario general de Unipublic, empresa organizadora de la Vuelta a España, desde 2005, la salida de Víctor Cordero en Diciembre del año pasado le dejo como Director General de la Vuelta a Ciclista a España. Aprovechando su paso por Berja para rubricar la salida de etapa de la Vuelta que tendrá lugar en la localidad almeriense este año, ha tenido la amabilidad de responder a unas preguntas para Arueda.com

¿Cuáles son las dificultades logísticas de llegar hasta el límite máximo de equipos marcado por la UCI?
Las dificultades logísticas radican en que, cuantos más equipos, más movimiento. Los problemas que generan son, básicamente, dos. El primero es el control de carrera: es más sencillo cuanto menos equipo haya, dado que en consecuencia habrá menos participantes. El segundo es un tema logístico muy importante: la Vuelta a España sobre todo quiere dar calidad, y uno de los puntos donde hay que darla es en los hoteles. Estos deben cumplir dos parámetros: uno es el estrellaje, hoteles de cuatro y cinco estrellas; y el otro es que sean hoteles próximos a las salidas y llegadas, para que una vez acabe la etapa el corredor no tenga que hacer, además de lo que ha hecho ya dando pedales, un traslado en autobús. Hay lugares donde hay déficit de hoteles y en los que, por lo tanto, cumplir ese patrón es difícil. Por eso, cuanto menos equipos, más fácil acoplarlos. Esas son las dificultades, esa es la margarita que nos queda por deshojar, si 20, 21 ó 22 equipos; y creo que en quince días tomaremos la decisión.

¿Cuántos equipos han pedido estar presentes en la Vuelta?
Han pedido invitación todos los Pro Tour, ellos tienen el derecho a venir y nosotros la obligación de aceptarles; y todos los profesionales han pedido participar en la Vuelta. Este año va a ser muy difícil determinar los participantes; nos gustaría que algún equipo Pro Tour renunciara a su plaza, pero no sólo no lo hacen sino que se nos acumulan las dificultades al haber otros profesionales que lo están haciendo realmente bien. También es verdad que prefiero estar en esta situación, que quieran venir muchos, a tener la contraria.

¿Cuáles son los atractivos de esta Vuelta para los equipos?
Es una Vuelta muy internacional. Salimos de Holanda, pasamos por Alemania, terminamos en Bélgica nuestro periplo europeo; luego vamos a Tarragona, donde vamos a ofreceremos una carrera muy diferente, porque tendremos una gran carga de montaña sin proponer Pirineos ni nuestra querida Asturias. Los elementos para que todos quieran venir son muchos, y ahí están los resultados. Nadie dice “no quiero ir”.

Durante este tiempo se ha especulado mucho en torno a la invitación del conjunto holandés Vacansoleil. ¿Se le va a invitar? ¿Dará el nivel si es en efecto invitado?
Vacansoleil, como Skil – Shimano, son dos equipos que están muy presentes en nuestros pensamientos. Es cierto que Rabobank tiene asegurada la participación en la Vuelta, pero eso no es óbice; hay que tener muy en cuenta el recorrido. Salimos de Holanda, y por tanto en nuestras quinielas está la posibilidad de incluirles. Pero también es cierto que, si yo fuera holandés, tampoco me haría muchas ilusiones; sólo las mismas que si fuera un equipo continental profesional español o uno italiano, que este año en el Giro han demostrado un altísimo nivel. Como, por ejemplo, el LPR de Danilo Di Luca. Yo, en este momento, en ese tema sólo puedo decir que se barajan todas las opciones y más adelante tomaremos la decisión. Estamos recibiendo “presiones cariñosas” por parte de Holanda para que incluyamos otro equipo holandés, pero sólo hay sitio para 22, hay muchos condicionantes…

¿Tendrán los tres continentales profesionales españoles [Andalucía-Cajasur, Murcia-AMPO y Xacobeo-Galicia] la oportunidad de participar en la Vuelta?
Los tres tienen la posibilidad de participar en la Vuelta, a mí me gustaría que participaran. Este es un año distinto, y a la crisis que ha podido sufrir el ciclismo debido al dopaje se ha añadido otra de carácter económico. Yo quiero que la Vuelta haga un poco de patria e intentemos tener a los profesionales continentales españoles en la carrera. No sé que pasará, aún estamos dándole vueltas; creo que hay muchas posibilidades de que estén los tres, pero de momento no me puedo manifestar con seguridad al respecto.

¿Qué supone la participación de Iván Basso en la Vuelta?
Es una magnífica noticia para la carrera. Iván Basso es un corredor que ya ha pagado por sus culpas, se ha arrepentido, reconoció que no lo hizo bien y creo que eso debe ser primado y no reprochado. Desde luego, la Vuelta a España está absolutamente encantada de que Iván Basso no sólo venga a la carrera, sino que venga con intención de ganarla.

El gancho mediático de Carlos Sastre ó Alberto Contador, ¿puede ser una buena referencia para reconstruir la imagen del ciclismo en España?
Yo creo que el gancho de todos aquellos que tienen triunfos a nivel mundial en el ciclismo (Sastre, Contador, Pereiro, Samuel Sánchez, Valverde…) sirven para revitalizar este deporte en nuestro país, no está nada mal. Además, si en los momentos difíciles son ellos los que rivalizan porque ganan, muchísimo mejor. Pero, sin duda, todo lo que sea que los españoles ganen, significa que el ciclismo español toma aire.

En los últimos tiempos, han sonado bastantes rumores sobre un nuevo equipo de gran calado en torno a Alberto Contador. ¿Crees que eso podría ser una gran noticia a nivel mediático? ¿Darle a la gente un equipo de referencia, del mismo modo que en el fútbol tienen a Real Madrid o F.C. Barcelona?
Pienso que Alberto Contador es el mejor ciclista del mundo, eso no lo duda en este momento nadie. Todo lo que sea que Contador esté cómodo en un equipo que le permita ganar y obtener los triunfos que su calidad merece es bueno para él. Yo evidentemente no puedo opinar acerca de en qué estructura debe desarrollar su carrera deportiva Alberto Contador, nadie mejor que él debe saberlo. Ha demostrado ser el mejor en la carretera, y tiene que serlo también en los despachos a la hora de decidir su futuro. Lo único que digo es que la decisión que él tome será la mejor y, por tanto, habrá que apoyarla.

El hecho de que Antena 3 posea la Vuelta y no la emita, ¿es un contrasentido?
No, para nada. La Vuelta a España está muy cómoda en TVE, nosotros queremos seguir en TVE y de hecho vamos a hacerlo. Siempre que testamos las opciones de mercado, todo el mundo asocia a la Vuelta con TVE y viceversa. No es una cuestión de marca, es una cuestión de que todo el mundo pueda ver la Vuelta en abierto, el mayor número de horas y en la mayor franja de territorios posible. Ojalá la Vuelta pueda estar por muchos años en TVE.

¿Son rentables los viajes internacionales de la Vuelta desde el punto de vista del márketing?
Sí, desde todos los puntos de vista son rentables. La Vuelta hay que reinventarla cada año, proponer un recorrido distinto y novedoso. No digo que vayamos a seguir la pauta de salir cada año desde el extranjero, no va a ser así. Pero, desde luego, es un elemento de frescura que no sólo agradece el mundillo ciclista sino también los espectadores, que pueden ver algo diferente. Es muy importante para nosotros que Holanda quiera acoger la Vuelta a España, y de la misma manera en la Vuelta nos sentimos orgullosos de ser reclamados por un país de la tradición de Holanda

El viejo sueño de Enrique Franco de llevar la carrera a las Islas Canarias o las Baleares, ¿es posible en este momento?
Con los medios que hay, hoy en día todo es posible. Sin embargo, la Vuelta sólo puede ir a donde se la solicita porque son muchos los medios necesarios. En el momento en que Canarias o Baleares se interesen por tener una salida oficial, la Vuelta planificará para algún año poder hacerlo posible.

Por otra parte, ¿han pasado ya los tiempos de mirar a Portugal para planificar la carrera?
A la hora de realizar recorridos, desde luego que no. Para mirar equipos, este año no es el adecuado debido a la desaparición de Benfica. Todos los equipos están en nuestra órbita, pero a día de hoy sería engañarse pensar que una escuadra portuguesa pueda venir a la Vuelta’09. Eso no quiere decir que en próximos años sí se pueda dar el caso. Portugal es un país hermano de España, lo es para todo y también lo es en lo tocante al ciclismo.

Por último, tres preguntas en torno a polémicas recurrentes en los últimos años. ¿Crees que prescindir del pinganillo sería una solución para contrarrestar la ausencia de espectáculo que a veces tiene lugar en las carreras?
El pinganillo hay que eliminarlo, sólo hay que dejarlo como elemento de seguridad.

La relación entre las tres Grandes Vueltas y la UCI, ¿es ahora mismo cordial?
Es cordial, teníamos una situación de incomunicación que ha pasado a ser de total comunicación. De hecho, el próximo miércoles 3 de Junio tendremos una reunión la UCI, la Asociación de Equipos y la Asociación de Organizadores para seguir planificando el futuro, en especial de cara al calendario, que es lo que más nos preocupa ahora mismo a todos los organizadores.

Por último, ¿qué es preferible? ¿Un deporte con espectáculo o un deporte limpio?
Un deporte, por ser deporte, siempre será espectáculo. Y el espectáculo, cuanto más deporte, más limpio será.